Descubren conexión entre flora intestinal y el miedo en bebés

Washington, 1 nov (Prensa Latina) Un intestino sano disminuye la sensación de miedo en recién nacidos, reveló hoy una investigación sobre la conexión entre la formación del cerebro y el tipo de bacteria en esa porción tubular del aparato digestivo.


Un equipo de investigadores de las universidades Estatal de Michigan (MSU) y de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos, realizó un estudio que podría esclarecer además la razón del por qué algunos bebés se asustan más fácilmente, publicó el diario Nature Communications.


Reveló que aquellos menores con una respuesta al miedo más poderosa poseen diferentes cepas de bacterias intestinales que los de una reacción moderada.


Dado que la función cerebral está relacionada con las bacterias en el intestino, estas acciones pueden indicar problemas neurológicos.


Rebecca Knickmeyer, líder del estudio de MSU, explicó que «este período de desarrollo temprano es un momento de tremenda oportunidad para promover el desarrollo saludable del cerebro».


Knickmeyer, profesora asociada de Pediatría y Desarrollo Humano de la Facultad de Medicina Hunama de esa universidad, precisó que, en determinadas circunstancias, comprender cómo las personas lidian con el miedo puede ayudar a predecir problemas de salud mental en el futuro.


Para este estudio, el equipo eligió estratégicamente a 30 bebés con antecedentes similares para evitar que componentes externos afecten los resultados, y tomó en cuenta el ser alimentados con leche materna y no todos habían sido sometidos a antibióticos.


Tomaron muestras de materia fecal de cada individuo para determinar los tipos de bacterias en el intestino, y probó la reacción de cada niño al miedo al evaluar la forma en que respondieron a una persona vestida con un atuendo aterrador de Halloween.


El experimento supervisado por los padres, mostró que los niños con bacterias intestinales desequilibradas (que no tenían tantas cepas bacterianas buenas) al mes de edad eran más aprensivos al año de edad, precisó la publicación.


Asimismo, la composición de la flora intestinal durante el primer año se relacionó de manera similar con las reacciones de miedo.


Ciertos tipos de microroganismo se superpoblaron en aquellos con respuestas exageradas al miedo, y diferentes cepas bacterianas dominaron en los infantes con reacciones más moderadas.


Por otra parte, escanearon el cerebro de cada niño mediante resonancia magnética y descubrieron que el diámetro de la amígdala (región de la corteza interna necesaria para tomar decisiones inmediatas sobre posibles peligros) estaba relacionado con la composición de la microflora, concluyó el estudio.

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